Educar para consumir y ver televisión de una manera más
crítica y racional, supone:
1. Plantearnos
objetivos que se puedan cumplir. Hay que
aprender a convivir con el medio. Más que censurar por completo la televisión y
prohibirla hay que lograr que los niños hagan un uso beneficioso de ella.
2. La televisión
juega un papel muy importante en la vida social del niño como medio de
socialización. El sentimiento de pertenencia a un grupo tiene mucha importancia
y en ocasiones los contenidos televisivos intervienen en este proceso de
integración. Cuando planteemos unos hábitos de consumo saludable debemos tener
en cuenta el posible temor del niño a verse aislado.
3. Se debe
controlar la cantidad de tiempo que se dedica a ver la televisión y procurar
que su consumo no sea excesivo. Es conveniente elegir de forma premedita que es
lo que se quiere ver y poder justificar estar elección. A menudo nos sentamos
delante del televisor a ver que están poniendo, hacemos un rápido zapping y al
final no vemos lo que más nos gusta sino lo que menos nos disgusta. Podemos
enseñar a los niños a elegir sus programas y a programar sus actividades para
que no terminen por aburrimiento acercándose al televisor. Podemos usar la
programación del periódico o del teletexto. Indicarles a que hora se encenderá
la tele y, que cuando termine el programa elegido, se tiene que apagar.
4. Como
consecuencia del punto anterior, se hace necesario educar a los niños en el
ocio. Se debe proveer a los niños de actividades para el tiempo libre que
eviten que la televisión sea el único recurso de ocio. Para crecer sanos, los
niños y los jóvenes deben leer, hacer deporte y entretenerse con juguetes
convencionales que cumplen importantes funciones educativas.
5. La televisión
puede hacer olvidar que los niños deben jugar con otros niños. Fomentemos
actividades colectivas, como la práctica de algún deporte de equipo.
6. El consumo
excesivo de televisión también tiene consecuencias sobre la salud del niño. Es
responsabilidad de los padres que el niño desarrolle hábitos saludables en
cuanto a horas de sueño, alimentación y ejercicio físico.
7. Enseñar a los
niños a interpretar, con espíritu crítico, los mensajes que nos llegan de la
televisión.
8. El niño recibe
una gran cantidad de información que, en la mayoría de los casos, no tendrá
ninguna relevancia o interés. Ayudémosle a seleccionar y a jerarquizar entre la
multitud de datos que recibe.
9. Si los niños o
jóvenes presentan interés por algún tema específico de los contenidos
televisivos (programas deportivos, documentales geográficos o de animales,
programas de cine, de bricolaje...) les aportaremos fuentes de información
alternativas y complementarias a la televisión para que cultiven esa afición:
revistas, periódicos, libros...
10. Conocer nuestros
derechos y reclamarlos. Se puede denunciar tanto públicamente (cartas al
director...) como oficialmente (ante las propias cadenas, ante los organismos
encargados de velar por el cumplimiento de la ley o ante Asociaciones de
Consumidores) los incumplimientos de la ley que detecte, especialmente si son
reiterados o afectan a la protección de la infancia.
11. Para lograr que
jóvenes y niños consuman televisión de una forma racional y crítica, lo adultos
deben dar ejemplo optando y exigiendo una programación de calidad.
Tras haber expuesto estos 11 puntos que nos proporciona
nuestra profesora de comunicación y medios socioculturales me dispongo a
centrarme en el punto 5.
Es cierto que muchos de los padres de hoy en día pasan muy
poco tiempo con sus hijos, debido al trabajo y a las tareas que luego deben de
realizar en casa, por eso algunos de los padres creen que para que los niños
estén tranquilos y no les molesten haciendo sus tareas de casa o simplemente
disfrutando de su tiempo libre lo más sencillo es ponerles frente a la tele y
que se pasen las horas delante de esta viendo el programa que más les gusta.
En cuanto a esto no estoy de acuerdo puesto que todos hemos
sido pequeños y todos los padres han tenido ese tiempo para permanecer con sus
hijos jugando a un juego de mesa, con los juguetes que tienen cada uno de ellos
y alomejor llevándole a alguna actividad extraescolar.
Con esto no quiero decir que la mayor parte del día los niños
pasen sus horas libres (en las que no tienen que estudiar ni hacer deberes)
haciendo otro tipo de actividades extraescolares como por ejemplo algún tipo de
deporte o informática, etc. ya que esto tampoco es bueno para el niño pero si
que podemos presentarle alguna de estas actividades como una alternativa para
hacer en sus ratos libres o incluso bajar al parque para que se relacione con
otros niños y juegue y no simplemente que vean la televisión.
Como futura maestra de educación infantil creo que los padres de hoy en día prefieren que los niños estén viendo la televisión o jugando a la videoconsolas para ellos estar más tranquilos y no se dan cuenta que eso es un grave peligro para los niños y sobre todo en la edades más tempranas por lo que creo que se deberían de dar cuenta y pasar más tiempo con sus hijos hacer actividades con ellos y tener un tiempo limitado para que también disfruten un poco de la televisión y de sus programas favoritos pero siempre todo con moderación.
ALGUNAS PÁGINAS DE INTERES
Como conclusión un video de una entrevista en el que explican
una conferencia que tuvieron con unos padres en la que les explican el consumo
de los medios en los niños y los problemas que estos tienen.

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